La Obra de Mita llegó a Costa Rica en el año 1986. Una costarricense de nombre Elsa Mora, que vivía en Puerto Rico, conoció la Congregación en ese año. Esta se comunica con su hermana Alicia Mora en Costa Rica y le cuenta de la maravillosa Obra que había conocido. Alicia, impresionada con lo que le contó su hermana, escribe una carta a la Congregación Mita en Puerto Rico para que enviaran obreros (pastores) a llevar este mensaje de salvación a tierras ticas. El 6 de abril de 1986, llegan los primeros obreros a Costa Rica. Ellos fueron Amador Laureano y Adrián Narváez.
Alicia le había indicado a su hermano Evelio Mora que pasara a recoger los obreros al aeropuerto. Evelio le indica que le iba a hacer el favor, pero que no quería saber de ministros, iglesias ni religión. Estaba muy desilusionado con los sistemas religiosos y esto había endurecido su corazón. Para sorpresa de Evelio, cuando vio a los obreros en el aeropuerto se le transformaron en ángeles. Él nunca los había visto ni siquiera por fotos, pero Dios le dejó tener esta visión para que los reconociera y confirmarle que eran sus enviados. Al llevarlos a la casa donde se iban a hospedar, no quiso irse porque deseó saber qué mensaje ellos predicaban. Los obreros le hablaron de la poderosa obra del Espíritu Santo de Dios, Evelio aceptó el mensaje y se unió a la iglesia.
Los primeros servicios religiosos se dieron en el sector de San Felipe de Alajuelita, perteneciente a la capital San José. También se dieron servicios en la zona de Vizcaya y otros sectores. En 1987, llega por primera vez Aarón acompañado de un grupo de hermanos de Puerto Rico. Se celebra ese primer servicio con Aarón presente, en un salón de reuniones del hotel Balmoral en la ciudad de San José, donde a decenas de almas les caló el mensaje divino y se unieron a esta Obra.
La Obra de Mita siguió creciendo en Costa Rica y para 1994 se inaugura un templo en la comunidad de San Sebastián, San José. Actualmente, la congregación cuenta con una banda de viento y una agrupación de cuerdas. El 4 de octubre 2022, llega por primera vez Rosinín, como líder espiritual de esta Obra a tierras costarricenses, siendo este viaje de grande bendición para nuestros hermanos ticos. En la actualidad, cientos de almas han abrazado esta fe en la república centroamericana.
Entre la gran cantidad de testimonios ocurridos en Costa Rica, uno muy sorprendente sucedió en 1993, en el volcán Poás, provincia de Alajuela. Los hermanos habían invitado a Aarón a que conociera este patrimonio natural. Al llegar allí, los turistas le decían a los hermanos de la Iglesia: «Está muy nublado hoy; no se ve nada». Los hermanos le indicaron a Aarón y él les dijo: «Nosotros sí vamos a ver». Al llegar a la cima desde donde se aprecia el cráter del volcán, efectivamente no se veía nada. Ante esa situación, Aarón clamó con voz potente: «¡Qué se liberen las nubes, qué despejen las nubes la vista para que los hermanitos puedan ver!». Ante ese clamor, las nubes se fueron desplazando y se comenzó a ver el cráter del volcán con toda claridad, hasta el punto que se veía la laguna que está sobre el cráter. Entonces Aarón exclamó: «Volcán, llegamos desde Puerto Rico a verte». Al decir eso, el volcán empezó a hacer un sonido muy fuerte como cuando va a hacer erupción y comenzó a salir humo y un olor fuerte a azufre. Los hermanos, temerosos, pidieron a Aarón que detuviera aquel efecto y él exclamó: «¡Quédate quieto!». Inmediatamente cesó el ruido ante el asombro de todos los allí presentes. Esta experiencia impresionó mucho a los hermanos de Costa Rica que se encontraban presentes, quienes confirmaron que Aarón era profeta de Dios.
Otro testimonio fue el ocurrido en 1987 con la niña Angie Rivera Carit. A los 5 años de edad, se encontraba jugando con sus amiguitos en el vecindario mientras los hermanos de la iglesia comenzaban a llegar a su hogar, donde era el servicio esa noche. De momento, cayó de cabeza en el caño de la acera. Todos los vecinos gritaban asustados. Al ser un sector de escasos recursos, nadie tenía un vehículo para de inmediato transportar a la niña a un hospital. Decidieron llevarla a su casa y cuando su madre la vio, esta se percató que prácticamente ya no podía abrir los ojos por la cantidad de sangre en su rostro. Los hermanos que estaban en el hogar empezaron a asistir a la niña por temor a que se desangrara. Comenzaron a orar para que Mita, el Espíritu Santo de Dios, hiciera la obra en aquella niña y se detuviera el sangrado. El obrero (pastor) empezó a orarle a la niña y pedía a Mita que cesara aquella hemorragia. Milagrosamente, el sangrado cesó. Cuando pudieron conseguir transporte, la niña fue llevada a sala de emergencias y le hicieron unas placas. El doctor estaba sorprendido al ver los resultados y vuelve a llamar a la niña y su madre. Les dice que necesita que le expliquen de nuevo cómo fue que ocurrió todo y qué fue lo que le hicieron a la niña. Nuevamente le explican al doctor cómo fue la caída y cómo ocurrió todo. El doctor dice: «Es que esto no puede ser». La madre, llena de fe le responde: «Es que esto fue Mita». El doctor pregunta qué es Mita y le explican que es el nombre nuevo del Espíritu Santo de Dios. El sorprendido doctor les dijo: «Definitivamente tiene que ser Dios, porque ese golpe que se dio la niña partió en dos la vena cava superior. Eso solamente se cura con una operación que dura muchísimo y un experto tiene que hacerla». Aquella fue una gran experiencia y la niña quedó totalmente sana. Mita, el Espíritu Santo, hizo la obra y curó al instante a la niña Angie. Hoy día, Angie es una adulta saludable, miembro de la Banda de Viento en Costa Rica y cuenta con una hermosa familia.