La Obra de Mita llegó a los Estados Unidos en el año 1948. Algunos hermanos que habían conocido la Obra en Puerto Rico se habían trasladado a la ciudad de Nueva York en busca de progreso.
Ante esta situación, la Persona de Mita envía al primer predicador, Domingo Hernández, a la gran urbe para llevar este mensaje de amor, libertad y unidad.
Más tarde, la Obra se extendió hacia varias ciudades de la costa este como Conneticut, New Jersey y Washington D.C. Para la década de los 60 llega a Miami y a Chicago en Illinois.
A partir de 1970, empieza una gran expansión por toda la nación americana. La Obra llega a Orlando y Tampa, Houston y Dallas, Boston y Sprinfield en el estado de Massachusetts, Long Branch, Long Island, Maryland, Ohio, Carolina del Norte, Alaska, entre otros.
Además, la Congregación cuenta con unas nueve bandas musicales en los Estados Unidos, las cuales se han destacado en diferentes eventos del gobierno norteamericano y canadiense, además de sus presentaciones en el desfile anual de nuestra Congregación celebrado en Puerto Rico.
Un testimonio sumamente asombroso le ocurrió a la hermana María Pérez González. Nuestra hermana estaba sufriendo de cáncer en el área abdominal. En octubre de 1984, María entró en estado de coma.
Una de sus hijas llamó a la sede en Hato Rey para que Aarón le orara. Aarón se trasladó inmediatamente a Ponce, donde se encontraba la hermana, y al verla moribunda se conmovió. El Espíritu Santo, a través de Aarón le dijo: «María, María, María, despierta. Es Papá». La hermana despertó de aquel letargo al instante. Aarón le indicó que la iba a enviar a la ciudad de Nueva York y él mismo le compró el pasaje.
Antes de partir, le dio unas instrucciones: «Vas a ir al Río Hudson y tira esa enfermedad allí, bajo la nieve».
Al llegar a Nueva York, María se dirigió al Río Hudson, tomó una piedra, le escribió el nombre de Mita con fe, y la lanzó al río, exclamando que la enfermedad saliera de ella. Esa misma noche nevó y la hermana quedó totalmente sana. Después de esta experiencia de sanidad, María Pérez vivió 33 años más. Siguió adelante en su ministerio de predicadora anunciando este pregón en Puerto Rico y muchos otros países.
Otro testimonio que queremos compartir fue el ocurrido a la hermana Loyda Quiles, en el año 2018.
Nuestrahermana enfrentaba una situación de salud bien delicada. Se le habían formado unos nódulos de tipo HER2+ lo que significaba que eran cancerígenos. Ella se encontraba muy preocupada ante esta situación, pero con fe llamó a Rosinín y le informó la situación. Rosinín le oró y con potestad del Espíritu Santo le dice: «¡Qué se reduzcan esos nódulos, que disminuyan al mínimo!».
La palabra del profeta tuvo su fiel cumplimiento y aquellos nódulos se redujeron y desparecieron de su cuerpo. Los médicos tuvieron que aceptar que aquellos nódulos habían desaparecido de manera inexplicable.