Líderes espirituales

Juanita García Peraza



Juanita García Peraza nació el 24 de junio de 1897 en Hatillo, Puerto Rico. Descendía de una familia de clase social alta. Desde niña demostró grandes valores morales y espirituales, amor por los pobres, una gran sensibilidad ante el dolor ajeno, valentía, integridad y caridad.

Para la década de los 20, Juanita padeció de una enfermedad gástrica severa que la mantuvo en tratamiento médico por 12 años. Se agravó tanto el padecimiento, que no podía ni siquiera ingerir alimentos. Los médicos la desahuciaron;fue entonces cuando, en su lecho, Juanita clamó a Dios y le prometió que si la sanaba, le serviría e iría por campos y pueblos anunciando el evangelio de salud y salvación. Dios oyó su clamor; una ancianita que acostumbrada visitar a los enfermos llegó a su casa y le oró, quedando Juanita totalmente sana al instante. Desde aquel momento cumplió su promesa y se entregó a Dios, uniéndose a la Iglesia Pentecostal.



Comenzó a distinguirse en la iglesia por su amor, humildad, consagración y santidad. Fue presidenta del grupo de damas, Dios la usaba en profecía, reprendía el pecado y llamaba a la unidad del pueblo de Dios. Los líderes de la iglesia no pudieron entender que en ella se manifestaba el Espíritu de Dios; no aceptaron el gran plan del Señor de unificar su Iglesia. Debido a esto, Juanita confrontó situaciones de inmenso dolor: la humillaron, por ser mujer la mandaban a callar; pero ella siempre fue tan humilde que esperaba confiada en el que la escogió. El Espíritu Santo de Dios le dijo un día: «Mi sierva, préstame tu cuerpo; te necesito para una gran obra. El que te oye a ti me oye a mí y el que se una contigo, se unirá conmigo».

Afligida por toda la persecución que se levantó en su contra, clamó a Dios, y mientras oraba en su habitación, vio por revelación descender del cielo una estrella en movimiento circular. En su mente se preguntaba dónde caería, pero esta chocó en su frente: era la luz del Espíritu Santo de Dios confirmando su ministerio.

En el año 1940, junto a 11 hermanos, sale de la Iglesia Pentecostal y comienza a predicar un triple mensaje de amor, libertad y unidad. Estos primeros hermanos fueron los siguientes: Teófilo Vargas Seín (Aarón), Pedro Vargas, Encarnación Seín (Concepción), Luis Barrios, Octavio Velázquez, Blasina Barreto, Juan Catalán, Tomasa Catalán, Justa Corchado, Juana Allende y José «Pepe» Pastoriza. Se forma la Iglesia Libre y comienzan a reunirse en Arecibo, tanto en casas de los hermanos recién convertidos como en templos alquilados. Juanita García decidió dejar todas sus posesiones materiales para servirle a Dios en humildad.

En el año 1947, la Congregación se traslada a la ciudad capital, San Juan; desde allí empieza a desarrollarse y extender su mensaje. Además de la gran labor espiritual, ella realizó una extraordinaria labor social-comunitaria. Predicó de la mejor manera: con su ejemplo. Logró convertir su comunidad en una totalmente organizada. Desarrolló cooperativas, corporaciones que ofrecían oportunidad de empleo que eran de gran beneficio y mejoramiento económico a los miembros de la comunidad. Estableció una escuela bíblica, conocida como el Consejero, para instruir, orientar y guiar a los niños en su desarrollo integral. Creó academias musicales, bandas y coros. Entre sus múltiples composiciones se destacan los siguientes himnos: La marcha triunfal, Bienvenidos, El candelero, La visión, Los justos, Los limpios de corazón, La piedrecita blanca, Si has obrado como creyente, Los muros de la ciudad, entre otros.

Estableció un Cuerpo de Guardas con el propósito de dar vigilancia gratuita a todas las propiedades que la Congregación iba adquiriendo y a la comunidad en general. Estableció un cuerpo de predicadores, predicadoras, diáconos y diaconisas que hacen el bien, predican, oran por los enfermos y realizan una extraordinaria labor dondequiera llega la Congregación Mita.

Como visionaria, anheló y profetizó la creación de una égida para el cuidado de las personas de mayor edad y un colegio para niños y adolescentes de la comunidad, que después de su deceso fueron hechos realidad. Ella realizó una gran labor misionera visitando enfermos en sus casas y hospitales, orando por ellos, ofreciendo ayuda a los necesitados y haciendo el bien a manos llenas. Visitaba las cárceles con palabras de aliento, consuelo y amor. Su labor evangelística fue sorprendente. Siempre hubo en sus labios exhortación y consejo mediante la palabra sabia, la amonestación a tiempo, pero a la vez la paciencia y templanza que siempre la caracterizaron. De este modo, era de esperarse que su labor ministerial influyera grandemente en el campo social y el mejoramiento personal de muchos seres humanos y de familias completas en todo Puerto Rico. Muchos alcohólicos, adictos a drogas y deprimidos fueron rescatados y actualmente son mujeres y hombres de provecho, ciudadanos responsables y de bien. Sus profundas predicaciones de gran contenido espiritual lograban el propósito divino de transformar a todo aquel que oyera y aceptara el mensaje.

Fue tal su influencia que llegó más allá de nuestras fronteras, estableciéndose la Congregación en Estados Unidos de América (Washington D.C., Chicago y Nueva York) y en la República Dominicana (Santo Domingo y Santiago de los Caballeros).

Resaltamos que Juanita García Peraza dio oportunidad de expresión total a la mujer al permitirle amplia participación en la iglesia. Ella marcó el inicio de una nueva era para la mujer en Puerto Rico y el mundo. En una época en la cual no le era permitido oficiar en la iglesia, Juanita rompe barreras y abre camino para la difusión del pastorado femenino, confirmando las palabras del profeta Isaías 27, 11: «Cuando sus ramas se secaren serán quebradas y mujeres vendrán a encenderlas». Así como Débora se levantó como madre espiritual en Israel, Juanita García Peraza se levantó como madre para juntar un pueblo para salvación.

Luego de haber realizado una extraordinaria labor por 30 años, el 21 de febrero de 1970 fue llamada por Dios al descanso eterno. La obra de sus manos prevalece en el corazón de su pueblo, como testimonio fiel de su lucha incansable y su amor incondicional. Antes de culminar su ministerio, delante de un grupo de testigos, llamó a Aarón y le dijo: «Cuida mis hijos que yo te pagaré», entregándole su obra para que continuara su legado. Para el año 1978, se le otorgó el grado de Doctorado de Filosofía en Administración honoris causae.

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Teófilo Vargas Seín



Teófilo Vargas Seín (mejor conocido por su nombre espiritual Aarón) nació en la madrugada del 23 de octubre de 1921, en una humilde casita en el barrio Aibonito de Hatillo, Puerto Rico. Sus padres fueron Pedro Vargas y Encarnación «Concepción» Seín. Ante un difícil embarazo, Concepción clamó a Dios que le permitiera tener un buen alumbramiento y le prometió que, si su niño nacía sano, ella lo entregaría enteramente al servicio de Dios. Su petición fue concedida y el niño fue llamado Teófilo, que significa «amado de Dios».

Teófilo creció bajo la gracia divina con la recta dirección de unos padres celosos del bien, dentro de un hogar humilde, lleno de honra, cristiandad y grandes valores espirituales. Era un hijo disciplinado, trabajador y ayudador de sus padres. Asistía junto a ellos a una Iglesia Pentecostal y participaba entusiasmado en estudios bíblicos e interpretaba los textos con virtud espiritual. Como anhelaba incansablemente aprender, buscaba a los ancianos de la Iglesia para adquirir de ellos mayor sabiduría. Cuando tenía 10 años de edad, la familia se trasladó a Arecibo, donde deseaba aún más los dones espirituales y estudiaba la Biblia.

Un día, mientras caminaba por el pueblo de Arecibo, vio por primera vez a Juanita García Peraza. Reconoció que era una dama especial y llena de Dios, aun sin conocerla personalmente. Fue tal el asombro, que nunca se olvidó de su rostro. Dios dispuso que sus padres llegaran a la misma Iglesia Pentecostal que ella frecuentaba. Cuando él la vio la reconoció su grandeza y cuando la oyó hablar esa noche sintió una alianza inexplicable con ella y la seguía a todas partes. . El alma de aquel niño vibraba, y en esos momentos pudo entender que Dios hablaba a través de su boca.

En el año 1936, contando Teófilo con 15 años, llegó hasta la casa de la hermana Juanita y la encontró arrodillada orando. Al ver esto, él se arrodilló en la otra esquina de la sala para no interrumpirla, hasta que súbitamente el Espíritu Santo de Dios la arrebató, buscó aceite de oliva (líquido que siempre se ha utilizado para la unción de los instrumentos escogidos) y lo derramó sobre su cabeza diciéndole: «Te unjo para ministro del Reino». Desde aquel momento fue consagrado para la prédica de la palabra de Dios.

Teófilo formó parte del grupo de 11 hermanos que en 1940 salió de la Iglesia Pentecostal junto a Juanita García Peraza. Desde ese momento salió por campos y pueblos de Puerto Rico anunciando que el Espíritu Santo de Dios estaba juntando un pueblo para salvación y hablaba por los labios de una dama en Arecibo. Además de haber sido el primer predicador, también fue el primer guarda, administrador,constructor, agricultor y músico de percusión de la Banda. Se destacaba en la Congregación por su santidad, abnegación y compromiso con la Obra de Mita.

En 1957, gestiona y lidera todos los trámites para la incorporación de la Congregación ante el Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Fue nombrado vicepresidente de la Junta de Directores. Dios fue sembrando en él todas aquellas cualidades que debía poseer un profeta: santidad, entereza, firmeza de carácter, disposición al sacrificio, valor para enfrentar los problemas, sabiduría y discernimiento divino, templanza, benignidad, bondad, caridad y sobre todo, un inmenso amor por las almas.

Por haber sido escogido desde antes de nacery ungido para ministro del Reino, cuando el Señor consideró llevar a descansar el cuerpo de Juanita García Peraza, le encomendó a Aarón su pueblo diciendo: «Cuida mis hijos que yo te pagaré». Es así como en 1970, Aarón asume valerosamente la dirección de la Congregación Mita.

Bajo su guianza se inicia el crecimiento arrollador de la Obra de Mita, expandiéndose mucho más en la República Dominicana y Estados Unidos, y estableciéndose en Colombia, México, Venezuela, Costa Rica, Panamá, El Salvador, Canadá, Ecuador, España y Suiza.

Dedicó toda su vida a la prédica evangelística, ayudar a las personas necesitadas y visitar los hospitales, orándole gratuitamente a los enfermos sin importar si fuesen o no miembros de la Congregación. En todos los países donde llegó la Obra de Mita, estableció bandas musicales, cuerpo de guardas y construyó templos. Siempre fue a estos países a llevar la palabra alentadora y el triple mensaje de amor, libertad y unidad.

Estableció el Colegio Congregación Mita, la Égida e Institución El Paraíso, la Oficina de Orientación y Trabajo Social y Los Hermanos Memorial Park. Ha inspirado a toda la Congregación con su ejemplo y trabajo. En el año 2003, en la inauguración del nuevo templo de la congregación de Santo Domingo, el exgobernador de Puerto Rico, Hon. Rafael Hernández Colón se expresó así de Aarón: «Este varón manda y va, y lo que predica lo practica».

Promovió el desarrollo de las Bellas Artes con el establecimiento de academias musicales y bandas. Bajo su liderato se estableció la agrupación de arpas y la orquesta de cuerdas frotadas. Entre sus múltiples composiciones se destacan: Mi encuentro con Mita, Mita es la verdadera aurora, ¡Cuánto amo yo tu ley!, Gracias te damos, Llamando con amor, Los cielos cuentan tu gloria, entre otras.

Luego de casi 85 años de ministerio y 51 años de estar al frente de la Obra de Mita, el 18 de enero de 2021 fue llamado por Dios al descanso eterno. Desde el año 2012 había nombrado a Rosinín como madre espiritual y líder de la Congregación.

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Rosinín Rodríguez Pérez



Rosinín Rodríguez Pérez nació en Guayama, Puerto Rico, el 18 de octubre de 1937. Su madre fue Isabel Pérez Vázquez y su padre Heriberto Rodríguez Fonseca. A los cuatro años de edad fue a vivir a San Sebastián. Creció en un hogar lleno de grandes valores espirituales y morales. Desde niña se destacó por su amor, inteligencia, bondad, dulzura y su gran sensiblidad hacia las cosas espirituales. Miraba hacia el cielo y le pedía a Jesús que quería caminar con él, que quería ver su rostro y estar con él como aquellos lo hicieron antiguamente.

Siendo muy niña enfermó gravemente y su madre clamó a Dios para que le enviara un ángel a sanarla. De pronto, Isabel tuvo una visión de un ángel niño, que caminaba descalzo, se posó sobre la camita de Rosinín y le oró. Inmediatamente la niña quedó completamente sana. Isabel siempre decía que el rostro santo de aquel ángel se le grabó en su mente y si algún día lo volvía a ver, lo reconocería.

En el año 1955, ingresó a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez, en el programa de preingeniería, donde estudió por espacio de un año. En el 1956 pasó al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, Facultad de Ciencias Sociales. En el 1959 terminó su bachillerato en Ciencias Sociales con concentración en Psicología y Sociología. Luego completó 18 créditos a nivel de maestría en Consejería y 20 créditos en Educación de la Universidad de Puerto Rico.

Su primera experiencia de trabajo fue en la Biblioteca José M. Lázaro de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, como ayudante de bibliotecaria. Su segunda experiencia de trabajo fue en la Escuela Intermedia J. R. Dávila de Bayamón, donde ejerció como maestra de Español y de Estudios Sociales. En el 1960 fue maestra visitante en los campamentos del Departamento de Educación. En el 1961 trabajó en Rehabilitación Vocacional como consejera, donde tuvo la oportunidad de ayudar a varios hermanos de la Congregación a terminar sus carreras vocacionales. Luego, pasó a trabajar en la sección de Determinación de Incapacidad del Seguro Social como consejera. En el año 1962 trabajó en el Centro de Oportunidades para Jóvenes del Departamento de Educación. Desde junio de 1965 hasta el mes de marzo de 1971 trabajó como consejera ocupacional en el Departamento del Trabajo.

El año 1962 fue trascendental en su vida, pues conoce a Mita y se unió a la Congregación. Su alma quedó deslumbrada con la belleza espiritual de esta Obra; era lo que anhelaba de niña, caminar con Jesús como lo hicieron aquellos antiguos. Todos los domingos visitaba la casa pastoral de la Congregación, para compartir con la persona de Mita y los hermanos. Fue aprendiendo las leyes espirituales y cómo debía ser un cristiano. Todas aquellas divinas enseñanzas resonaban en su interior y la iban transformando. Para el año 1966, fue llamada por Dios para vivir en la casa pastoral de la Congregación Mita. Desde ese momento sintió que Dios la preparaba para el futuro, pues vio que con insistencia Mita le enseñaba la ley y a tratar a Aarón con amor y consideración.

En una ocasión, la persona de Mita quiso visitar a la madre de Rosinín. Cuando Isabel vio a Aarón —que les acompañaba— se quedó anonadada y exclamó: «¡Rosinín, él es el ángel que te sanó cuando eras una niña. Él es el ángel! Yo sabía que lo reconocería».

En el 1970, después del deceso de Juanita García Peraza, continuó fielmente al lado de Aarón colaborando en todos los proyectos de la Congregación.

Acompañaba a Aarón en todos sus viajes ministeriales con miras a la expansión e internacionalización de la Obra. Dondequiera que iba recibía el amor de tantos miles de hermanos que veían en ella a un ser lleno de bondad y ternura.

Estuvo siempre brazo a brazo con Aarón en los múltiples proyectos arquitectónicos y de desarrollo de la Obra de Mita, siendo siempre su persona de mayor confianza. Estaba al pendiente de todas las construcciones, remodelaciones, ampliaciones y extensiones de los templos en todos los países. Velaba por la correcta planificación y organización de todos los aspectos en la Congregación Mita. Una y otra vez Aarón expresaba su reconocimiento a su esfuerzo, esmero y dedicación por el bien de esta Obra de Mita.

Se ha destacado por sus grandes valores morales y espirituales, por su consagración, esmero, dedicación y compromiso con la Congregación y con toda la feligresía.

Ha sido:

  • Miembro de la Casa Pastoral de la Congregación Mita.
  • Miembro fundador y primera administradora del Colegio Congregación Mita.
  • Miembro fundador de la Égida e Institución El Paraíso.
  • Miembro fundador de la Oficina de Orientación y Asistencia Social y primera administradora.
  • Madrina de la Banda de Mita.
  • Miembro fundador de Los Hermanos Memorial Park.
  • Miembro fundador del Centro de Salud Médico Duarte.
  • Presidenta de la Junta de Directores de la Corporación Los Hermanos.


Desde el año 2012 fue designada por el Espíritu Santo a través de Aarón como madre espiritual del pueblo de Mita y la persona que le habría de suceder en la dirección de la Congregación.

Bajo su ministerio y dirección, la Obra de Mita se ha extendido a los países de Chile, Nicaragua e Italia, continuando con el legado de expansión dejado por Aarón. Su composición artística es fecunda. Se destacan sus himnos: Amor santo, Candente amor, La vida, Eres mi motivo, Fe, amor y paz, No te olvides de mí, Sueña, entre otros.

Desde el año 2021, cuando Aarón es llamado por Dios al descanso, Rosinín asumió el liderato de la Congregación Mita y es el instrumento a través del cual oímos la voz de Dios.

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